Enamorarse según la medicina China
Aug 29, 2025
Para la Medicina China enamorarse es una palabra que no existe.
O si existe está incluida dentro del elemento Fuego y se podría traducir por “la llama inicial.” Si hacemos el símil con una hoguera esa llama inicial es la primera, la que da origen al fuego.
Es esa aparición casi mágica que surge de unir madera y chispa, y que si seguimos alimentando puede llegar a convertirse en un gran fuego. Una hoguera que alumbre y caliente, o que se salga de sus cauces y destruya. Pero esa primera llama no es la responsable de todo lo que sucederá después, es solo el inicio.
Si volvemos al verbo enamorarse entonces y lo miramos desde aquí, podemos decir
que todas las relaciones necesitan, para estar encendidas-vivas, una llama inicial. Aunque
sea pequeña, no muy vistosa ni deslumbrante, pero sin ella, por mucha madera que
queramos poner después, no hay fuego.La pregunta no sería entonces si enamorarse posibilita o no la pareja, sino otra muy distinta: ¿Qué vamos a hacer con esa llama inicial o con su falta? ¿Queremos construir un fuego? ¿Quiero ser la persona que lo nutra y lo custodie para una tarde o quiero un crear un fuego duradero?.
Hay relaciones que no se encienden nunca, me refiero a que no tienen en sí mismas la
potencialidad de calentar, iluminar y destruir. Sería como varios troncos haciéndose
compañía en la chimenea, como dos personas que construyen un estar juntas sin
transformarse a sí mismas en el encuentro con el otro. Porque en el momento que existe esa llama empieza una transformación, de la madera, de la persona, para construir juntos otra cosa, otro elemento. No para perdernos a nosotros mismos/as, o ese es el reto, sino para, en el contacto, experimentar una fuerza y una naturaleza diferente que nos expanda, nos “mejore”.Pero para ello hace falta el anhelo de esa experiencia, el deseo loco y cuerdo a la vez de esa aventura. No funcionará si buscamos desaparecer en la fusión, entonces pronto
seremos ceniza con todo el significante simbólico que eso sugiere.Esa es la virtud y el peligro del fuego. Por eso es importante, al hacer una hoguera,
mirarla, conocerla, saber si hay viento o la madera está húmeda, qué necesita y si es viable.Lo que yo llamo en las relaciones: tiempo para ver. Y si una vez encendida la llama inicial
nos desentendemos del fuego, o lo alimentamos con troncos demasiado grandes y lo
asfixiamos o todo lo contrario, no podemos decir que sea culpa de esa llama, si no de la falta o exceso de presencia de la persona que cuida del fuego.